Mi hijo NO quiere ir a la escuela.

Llevamos un par de día en la escuela y algunos niños han vuelto a casa decepcionados. ¿Qué sucede cuando un niño regresa y te dice que la ha pasado muy mal? Saber que tu hijo está decepcionado, temeroso o triste, eso a las madres nos mortifica. Y todo esto se intensifica, si además observas que al siguiente día tu hijo tiene completa resistencia para ir a la escuela y comienza a verbalizar situaciones como: la maestra me gritó, la auxiliar me jaloneó el brazo, un niño me pegó y la maestra no hizo nada.

Entonces surgen los sentimientos protectores de toda madre. Queremos ir a aclarar el asunto al colegio, pero que debo hacer para no generar que se coloque una etiqueta a mi hijo o la madre en el colegio.

A continuación te enumero las acciones que debes tener en consideración antes de presentarte con su maestra.

  1. Escucha atentamente: Haz un gran esfuerzo por no sacar conclusiones precipitadas. Así que mientras lo escuchas, realiza preguntas de curiosidad. ¿Qué fue lo que pasó?, ¿Por qué crees que la otra persona (maestra, niñ@) actuó de ese modo?, y ¿Qué se te ocurre para evitar que eso vuelva a ocurrir? Recuerda que todas las historias tienen mínimo 2 partes, pero necesitas tener todos los elementos para comprender la situación que originó y generó esa reacción.
  2. Expresa y verifica: Describe y comparte el sentimiento que crees pudo tener. Noto que estás (enfadado, molesto, etc). Escucho que te sentiste (incómodo, ofendido, apenado, etc). Comprendo que sentiste que fue (injusto, irrespetuoso, etc).
  3. Agradece: Te agradezco que confíes en mí, esta es una manera de cuidarte a ti mismo. Reconozco tu valor para hablar de este tema y te lo agradezco.

Tome en cuenta que tanto los niños, como los adultos, cuando nos dicen algo, siempre estamos tentados a defendernos, dar explicaciones, dar sermones sobre cómo los niños o jóvenes deben sentirse o deben resolver el problema. Cuando hacemos esto, impedimos que los niños desarrollen habilidades de discernimiento y juicio. Recuerde que enseñarles a los niños qué pensar, no es precisamente enseñarles a pensar.

Ahora, ya con más elementos, busque establecer una comunicación eficaz entre casa y escuela.

Comienza por solicitar una entrevista con la maestra, y cuando sea el momento, comparte tu interés por colaborar en conjunto para el beneficio formativo de tu hijo. Coméntale que recientemente hubo una situación que te ha preocupado, y que deseas conocer su impresión. Por favor, no te adelantes. Primero escucha lo que la maestra tiene que decirte. Y también, realiza preguntas de curiosidad para analizar más a fondo lo sucedido.  Entonces, aprovecha el momento para compartirle tu estilo de crianza.

Por último, por beneficio de todos. Lo mejor que podemos hacer como padres es involucrarnos activamente con la educación de nuestros hijos, dentro y fuera de casa. Así que siempre da seguimiento a observar la congruencia entre las palabras y las acciones que se están llevando a cabo. Si la escuela se rige en valores, tenemos que verificar que se respetan. Y lo mismo ocurre en casa. Ser congruentes es una tarea de todos.

 

Ps. Laura Carrillo M.
Educadora Certificada en Disciplina Positiva para Familias & Salón de Clases.
Positive Discipline Association EE.UU.

 

 

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