Es común que los adultos me pregunten: ¿por qué mi hijo no entiende cuando le digo que NO HAGA ESO?
Y viene a mí el recuerdo cuando mi hijo era un bebé y se emocionaba mucho jugando manoteaba o pataleaba, ni siquiera enojado, más bien como mostrando que es fuerte, ágil y que tiene energía. Mientras él reía, en una ocasión comenzó a golpearme la cara y eso definitivamente me hizo enojar bastante. Entonces, empecé a decirle: ¡NO PEGUES! Y parecía que eso lo motivaba a repetir el golpe. Entonces, otra vez lo tomaba de la mano y le decía, ¡NO PEGUES!, mejor acaríciame y después de una caricia, venía otro manotazo. Después, ya enojada, le solté un grito y le dije: “¡YA TE DIJE QUE NO ME GUSTA QUE ME PEGUES! A nadie le gusta que le peguen, eso enoja”. Total que no conseguía que entendiera que cuando una persona pega, a la otra le duele. Entonces hice un ejercicio. Repetí la escena explicándola a alguien más, y fue así cuando descubrí que era demasiada información la que yo le daba a mi hijo. Así que la siguiente vez sólo le dije ¡Duele! y el inmediatamente bajo su mano y siguió jugando tranquilo, volvió a levantar la mano tal como lo hacía antes de pegar y volví a decirle “¡Duele!” y su reacción fue la misma, no pegar.
Después de esa situación entendí que para que mi hijo colabore conmigo, debo ser muy clara con el objetivo que deseo expresarle. ¿Cómo lo conseguimos? Teniendo una descripción exacta de lo que deseamos, y a veces a los papás, parece que nos queda más claro lo que no queremos.
A continuación te presento una lista de opciones para trabajar en la manera en que nos comunicamos:
- Describe. Describe lo que ves, o describe el problema.
2. Da información.
3. Dilo con una palabra.
4. Habla de tus sentimientos.
5. Escribe una nota.
No significa que debamos hacer todo en una situación, son las opciones que tenemos para que los niños comiencen a actuar de manera más asertiva y se comuniquen.
- Describe: Crea la imagen clara de lo que deseas que haga el niño; por ejemplo: Bájate con mucho cuidado, siéntate con la espalda derecha, mastica con la boca cerrada. Y así poco a poco te iras olvidando de decir la palabra NO.
- Da información: Esta funciona cuando de manera anticipada hemos compartido lo que esperamos del niño ante cierta situación, y juntos hemos llegado a un acuerdo; ejemplo: Recuerda que hablamos que sólo venimos a comprar frutas y verduras, o hazlo en forma de pregunta ¿recuerdas a que vinimos?
- Dilo con una palabra o una frase corta. Tendrás que pasar a “dígalo con una señal” o “dilo en una sola palabra”. La idea es que cada vez los niños vayan interiorizando lo que se espera de ellos.
- Habla de tus sentimientos: La sinceridad nos ayuda a conectarnos con las personas que amamos. Y confía en la nobleza del corazón de un niño. “Me siento …. cuando ….., y me gustaría que …”.
- Escribe una nota. Esta opción resulta útil para los niños mayores y los adolescentes. Y justo en la nota podemos poner en práctica las opciones anteriormente descritas.
En varios artículos en la red puedes encontrar frases muy útiles de cómo hablar en positivo, pero lo importante es que nosotros como adultos comprendamos cómo generar ese lenguaje de manera natural y la forma más práctica es que nosotros como adultos tengamos claro lo que esperamos.
Ps. Laura Carrillo M.
Cel/WhatsApp 844 120 5425
Educadora Certificada en Disciplina Positiva para Familias & Salón de Clases.
Positive Discipline Association EE.UU.
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